Me he dado cuenta estos días de que hay dos ausencias
imperdonables en la entrada de curiosidades:
La primera,
es nuestro querido Biedronka: si
queda alguien aquí que todavía no ha ido, no merece ser llamado Erasmus Polaco.
¡ Qué vergüenza!
Cutre-Logo de Biedronka. |
El Biedronka
es algo así como el Mercadona polaco. Se reconoce por su logotipo de mariquita (un
rato fea) y por lo ultrabarato que se puede comprar ahí. La compra semanal o
incluso quincenal puede salir perfectamente por 10-15 euretes (y no siendo
rata, comprando hasta Yogobella de marca…). Además, acabo de descubrir que sí
tenían leche, lo único es que estaba colocada en un lugar un tanto sin sentido:
y es que una de las cosas de Biedronka es que puedes encontrarte unas medias al
lado de una lata de judías, porque sí. Es un caos, pero se le coge cariño.
Tienen también bolsitas de fresas congeladas, ¿quién puede resistirse a eso?
La segunda,
son las sábanas enanas. En ningún
hostal de Polonia he encontrado sábanas que cubran el colchón entero. ¿Alguien
sabe por qué? Ni siquiera los propios polacos lo saben, pero algo falla, o los
colchones son muy largos o a las sábanas les faltan centímetros (y ya puestos,
les podrían poner gomas a las sábanas bajeras…)
En fin,
aparte de estas cosillas, estos días después del viaje a Cracovia (que ahora
luego cuento) he estado un poco más en casita: lo de dormir dos o tres horas
para salir a las 6 de la mañana me mató. He estado hablando y riendo mucho con
mi compi, que ahora se ha espabilado un poquete y hasta sale a ver mercaditos
navideños por la ciudad vieja. Ahora que puedo estar de vez en cuando sola aquí,
¡hasta la echo de menos! Y es que, aunque el otro día me despertara a las 5 de
la mañana para rezar con la luz encendida, la verdad es que le tengo mucho
cariño. Tiene un palique de cuidado, ayer me contó tooooda su historia
familiar, y la verdad es que me lo pasé bomba escuchando que su padre compra la
comida por toneladas, y su madre no sabe qué hacer con kilos y kilos de
melones, o pescado…
Igual este
fin de semana nos vamos las dos a un concierto en el Stare Miasto…
Varsovieta nevada y navideña |
Y mañana,
haré otra de mis salidas de descubrir rinconcillos de Varsovia. La semana
pasada fui al museo de arte
contemporáneo de Lazienki (rarete de narices…), mañana supongo que iré a otro
que se llama Zacheta, también de arte contemporáneo, pero menos. También al
Instituto Cervantes, donde hay una exposición de Ramón Gómez de la Serna (si
alguien no ha leído sus Greguerías, se lo recomiendo) y luego igual a una casa
okupa en la que organizan actividades culturales. Los museos del poster y de la caricatura me los dejo para los días
gratuitos (tampoco es cuestión de pagar por pagar).
Otras de las
cosas por hacer son ir a patinar sobre hielo (al parecer han puesto una pista
al aire libre al lado del Palacio de la Cultura) y ver la Noria. Me hace mucha
ilusión lo de patinar, supongo que demasiada película….
Otros de los
museos que algún día veré son el de Copérnico y el de la técnica. Muy
científicos ellos.
Ah! Y
también la ópera y el ballet en la Ópera Nacional! (Vale, ya paro de culturetismo, que mis
gafotas se están transformando en gafapasta
ya….)
Cracovia, Kraków, muy bonita. Y eso que
iba yo ya de sobrada diciendo: Bah, he
visto tantas ciudades polacas que ya nada me puede sorprender…
Pues
¡zas!...toma ciudad preciosa.
Ayudó
también llegar a la plaza principal y que estuviera repleta de puestecitos
navideños, con adornos, olor a chocolate…y una banda tocando música
judía/gitana/polka (no se describir esa música, pero la ADORO).
La catedral
que hay en el palacio de la colina es un poco una amalgama de cosas bonitas,
pero tiene su encanto. Además, recomiendo a quien vaya que entre y busque a un
Cristo vestido con un tutú que para más surrealismo tiene detrás un santo
bailando el Gangham style (lo juro!).
Pondría una foto, pero el google no es tan potente como para encontrar
eso… (y estaban prohibidas las fotos). Quien vaya y no sea un rata como
nosotros, puede pagar por ver muchas más cosas. Nosotros nos limitamos a mirar
lo que fuera gratis y con un pedo (cortesía del señor G.) nos marchamos de
aquel lugar santo.
También hay
en Cracovia muchas muchas Sinagogas (también de pago) en un barrio judío con
mucho encanto.
Y al día
siguiente (después de una ya tradicional noche de bebercio y tonterías varias)
fuimos a Auschwitz. Sinceramente no
estaba yo muy por la labor de ir… pero finalmente pensé que al menos una vez
hay que ir, que los que han estado lo recomiendan.
Se sale de
allí con una sensación de pesadumbre difícil de explicar. La visita, dividida
en dos partes, transcurre de tal forma que cada vez es más difícil no sentirse
abrumado por el horror que llegó a ocurrir allí.
Finalmente,
creo que me equivocaba, tampoco es cuestión de morbo, sino de memoria. Como
dice Galeano, debemos evitar que las
tragedias se [repitan] como tragedias…
Pues
nada, ahora en un rato voy hacia clase
de polaquillo con P. , que somos las dos la mar de responsables y trabajadoras.
Pd. Ha aparecido
de la nada un parque nuevo enfrente de mi residencia…
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